Sobre mi

Mi nombre es Marta, madrileña de nacimiento y habitante gallega desde hace ya unos añitos. Soy terapeuta energética, reiki y acompañante en tu crecimiento personal. Me inicie en las terapias energéticas con apenas cumplidos los 23 años, llamada por una voz interior que me decía, la vida no es solo la rutina y trajín del día a día, hay más, muchos más. Y acabé descubriendo este apasionante mundo. Mi nombre es Marta, madrileña de nacimiento y habitante gallega desde hace ya unos añitos. Soy terapeuta energética, reiki y acompañante en tu crecimiento personal. Me inicie en las terapias energéticas con apenas cumplidos los 23 años, llamada por una voz interior que me decía, la vida no es solo la rutina y trajín del día a día, hay más, muchos más. Y acabé descubriendo este apasionante mundo.  


El reiki fue el primero en llegar a mi vida, después los registros akáshicos. En la actualidad me dedico a estas dos terapias energéticas y a sesiones individuales de crecimiento personal. Las uno y complemento, dando una terapia completamente canalizada para cada uno de vosotras.
Mi nuevo anhelo es aprender a sanar y limpiar cuerpos energéticos, para evitar que aparezcan enfermedades en el cuerpo físico. Como mujer que ha pasado por momentos de su vida con una mala salud, quiero dar ese regalo a mi porción de mundo. Es de vital importancia para mí, que la persona que me necesite, esté sana en cuerpo/mente/espíritu. Te ayudo a cocrear la vida que quieres. Recuerda, te la mereces y te la debes.


Algunas cosas mas sobre mí.

Mi vida empezó en el año 90 y al poco tuve un revolcón en mi vida. Me diagnosticaron cáncer infantil en mi pierna izquierda. Gracias al equipo de médicos y a una madre muy empoderada, salí adelante, con mis dos piernas y una experiencia duelo y crecimiento a mis espaldas. En este momento, entró en mi vida el reiki, que de aquellas ni mi familia ni yo sabíamos qué era. Solo sé que íbamos 1 vez a la semana a un tipo bastante «rarete», con muchas vírgenes y cristos en la sala a ponerme las manos. Entre él, los gazpachos de mi madre, Jorge mi traumatólogo y el séquito de luz, volví a nacer.


Más adelante, ya habiendo pasado el drama de la adolescencia, teniendo una discapacidad (ahora no la llamo así, pues la única discapacidad está en una mente cerrada) conocí a mi primera pareja. Podría haberse tratado de una historia de amor preciosa, pero fue todo un infierno lleno de celos, dependencias y vendas en los ojos. Después de esto, me rompí tanto por dentro que mi maltrecha mente dio con una psicóloga que me enseñó a curarme, tanto mentalmente, como emocionalmente. Pero mentiría si no te contase que gracias a ella me sané y comprendí mi camino espiritualmente. Después de 1 año en terapia, seguía sin sentirme bien, así hice una terapia de regresiones. En ese momento fue cuando descubrí que la vida no es ir a trabajar, ducharte y poco más. Descubrí mi plan de alma y todas mis vidas pasadas. En ese momento «vi» con mis propios ojos otra realidad, que me conectó hasta el presente con  los registros akhásicos. En este momento, mi vida tomó un giro y me diagnosticaron un cáncer renal. Me di cuenta como las emociones podrían llegar a atravesar todas las capas del aura y generar otra enfermedad. 


De aquella, yo era estudiante universitaria, como buena chica. Soy terapeuta ocupacional especializada en daño cerebral, tercera edad y «achuchadora» de corazones faltos de amor. Empecé a trabajar en varios sitios, siempre desentonando por ser alegre y jovial. Aquí se podría decir también que un poco despistada y poco encasillada en el sistema sociosanitario actual. Tras 4 años en tercera edad, cuando sentí que ya era momento de volar, mi vida me dió un nuevo comienzo. Hice la mudanza en mi POLO rojo y con mi madre a mi lado, puse rumbo a Galicia, mi nueva vida.  Empecé a trabajar en un asociación de personas en fase crónicas con problemas neurológicos y ahí me di cuenta la importancia de ayudar espiritualmente, desde atrás, sin que se den cuenta…pero con firmeza. Soy compañera de lágrimas, risas y duelos sin cerrar. Soy una terapeuta ocupacional profesional, persona y alma con muchas experiencias a mi espalda. He logrado transmutar la culpa  cuando mis pacientes no logran el objetivo del informe, pero salen dándome las gracias por haberme encontrado.  «El médico me salvó  la vida, el terapeuta ocupacional me enseñó a vivirla» una frase preciosa para mi gremio, tan olvidado e invisible. He diseñado mi propia terapia, con esa pizca de luz que todos necesitamos como profesionales de la salud.

Pero no sería hasta hace unos años, que viví un mooving en el trabajo, cuando me di cuenta que había algo en mi interior que me pedía dedicarme a lo energético. Con ayuda de personas alucinantes en mi vida, creé mi primer centro, en el que me di cuenta que me gustaba y era válida para ello. Empecé a tener la certeza de necesitaba y quería salir del sistema y dedicarme a algo que no está tan reconocido. Un trabajo  en la que te tachan de bruja o médium, como si  la única vida profesional válida es la que dan en las universidades Pero todo mi entorno me respaldó y me levantó en tiempos donde yo era todo flaqueza. Aprendí a descubrir mi potencial, mi don y mi propósito de vida. «As meigas galegas, habelas hailas» siempre existieron así que aquí estoy yo.
En la actualidad tengo una bonita familia, creada por mi gran compañero de vida, amoroso y paciente en mis malas mañanas, y a mi lora llamada Pepa, que por cierto canalicé y fue una mujer que vivía en el amazonas… que no quiere volver a ser humana en mucho tiempo por todo lo sufrido. Nosotros estamos encantados de que nos eligiese como familia. Vivimos en Santiago de Compostela, donde sigo trabajando en un centro de daño cerebral por las mañanas, y por las tardes me dedico ser lectora de registros, reikista y terapeuta de crecimiento personal.